Comentario de TV: Frutos del Pais

Es domingo a la hora de almuerzo y estoy viendo un programa de Television Nacional llamado “Frutos del País” y no puedo dejar de felicitarme por no haber salido anoche, sino todavía estaría durmiendo.

Gracias a esta decisión del Sábado y a que en mi nueva casa no tengo cable, he podido disfrutar de este programa de TV que en otras condiciones jamás lo hubiera visto, pues no me llamaba la atención.

El programa de hoy esta dedicado a Chillan, y me pareció increíble todo lo que mostraron, incluso algunas me emocionaron, como la señora que se levantaba a las 4 am para preparar las tortillas de rescoldo que luego va a vender a la feria central de Chilla.

Es increíble ver como la vida siegue siendo tan autóctona y sencilla como uno ya no se imagina. En la feria de Chillan se ve mucha gente de varios años, con mucho trabajo en el cuerpo, como el señor que vende ajos hace 30 años, pero que antes trabajó mucho tiempo en el circo.

Dan ganas de viajar y entrevistarse con todos estos hombres y mujeres esforzados, porque la lección de vida que cada uno puede entregar es increíble.

Ahora entiendo porque la gente que ha vivido toda una vida en Santiago, y que a la hora de jubilar se quieren ir para el campo. Como un señor que están entrevistando y trabajó muchos años como vendedor en una importante empresa capitalina, ahora se dedica a recoger hierbas del cerro y venderlas envasadas.

Es indudable que algo me pasa con lo antiguo, con la gente de muchos años, con los paisajes que evocan el mundo rural y folklorico. Me emociona ene la sencillez y el ritmo calmo de una plaza con viejitos dormitando la tarde, y perros tomado sol. Tanto es así que ayer llevé a mi hijo a conocer el barrio Yungay, a cuadras de nuestra casa.

Me conecto con todo este mundo, porque tengo fresco el recuerdo de mis años de niñez con muchas idas al sur a Linares, a Talca, incluso viví una temporada en Curico, y también porque la vida en la casa de mis abuelos era bastante rural.

Ellos provenían del sur, él de Linares, ella de Talcahuano, él trabajó en los ferrocarriles, ella como mucama en una pensión de Concepción. Nuestra casa en Pudahuel era un inmenso terreno en donde habian 3 casas, una era la de mis abuelos, otra de unos tios, y la otra la de mi familia.

Es increíble recordar que hasta hace no mucho yo viví ahí sin agua potable, con baño de pozo, y mi abuela todos los días haciendo fuego con carbón en un brasero. Si bien es cierto todos esos recuerdos están impregnados de la precariedad de la pobreza, de muchos sucesos tristes y de mucha nostalgia, es imposible no sentir emoción y cariño por todo eso, son finalmente estas situaciones, las que me definen como persona, me diferencian y me dan las características de mi propia personalidad.

Mientras ahora recorren la historia de Los Pincheira, que eran de esta misma zona,me dispongo a cerrar los ojos ya evocar los olores y sensaciones de la vida en el campo.

Hasta otra entrega amigos.